Cuando hablamos del paisaje que nos ofrece la Isla de Formentera, no podemos pasar de algo sus varaderos, los cuales protegen del mar a las pequeñas embarcaciones de trabajo de la isla desde hace mucho tiempo.
Las mismas barquitas de trabajo que habitualmente se utilizaban en Formentera para pescar, también servían a los marineros para acercar a los isleños a las costas de Ibiza a vender los productos manufacturados en la isla, la sal o cualquier otra carga con la que se pudiera comerciar. Una actividad que ponía en evidencia la importancia capital de la navegación para la economía insular, y que justifica plenamente la existencia de unas construcciones tradicionales únicas, los escars o casetes de varador, que superando el paso del tiempo han llegado hasta la actualidad desafiando la sofisticación de las nuevas técnicas y materiales de construcción y se han convertido en unas piezas patrimoniales. Las casetas de varadero son elementos habituales y muy característicos prácticamente en toda la costa formenterense. Se trata de pequeñas construcciones de madera y ramas de arbustos autóctonos, aunque también los hay de piedra, perfectamente integradas en el entorno y dotadas de un izador que permitía sacar y lanzar las embarcaciones al mar, así como protegerlas cuando estaban fuera del agua.
Te invitamos a conocer una pequeña parte de nuestra historia!!